Los ataques de pánico son episodios intensos de miedo o malestar que aparecen de forma abrupta, alcanzando su máxima intensidad en minutos. Se manifiestan con síntomas físicos como taquicardia, sudoración, temblores, dificultad para respirar, mareos y sensación de pérdida de control o muerte inminente. También pueden incluir miedo a volver a experimentarlos.
Las causas son variadas: predisposición genética, estrés crónico, trastornos de ansiedad, desequilibrios químicos cerebrales o eventos traumáticos. Factores ambientales y psicológicos también influyen.
La psiquiatría profesional aborda los ataques de pánico con tratamientos efectivos. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos. En algunos casos, se recetan medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos para regular la química cerebral.
Además, técnicas de relajación y manejo del estrés complementan el tratamiento, brindando herramientas para controlar y reducir los episodios.
Brinda un servicio de atención integral de los problemas emocionales con la aplicación de diversos enfoques, desde el nivel individual, grupal, pareja y familia. Actualmente desarrolla una línea de investigación en efectividad del modelo de Terapia Breve Estratégica en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
"La salud mental no es un destino, sino un proceso. Se trata del viaje que tomamos cada día para cuidar de nosotros mismos y de los demás."